En la comunidad de Campo Verde, en la región Loreto, existe un grupo de pescadores comprometidos no solo a realizar una pesca artesanal responsable; sino, también, dispuestos a evitar que infractores atenten contra la permanencia de peces importantes como el paiche, en los cuerpos de agua que se encuentren en su territorio comunal.

La pesca es una práctica ancestral en regiones amazónicas como Loreto. Gracias a esta actividad más del 90 % de su población obtiene su principal fuente de proteína: el pescado. Sin embargo, comunidades y ciudades vienen siendo golpeadas por la visible disminución de este recurso en los ríos, cochas y tributarios, llevando a los pescadores de Loreto a competir fuertemente por el recurso y generando más de 113 casos de conflicto en toda la región.
Un grupo de pescadores de Campo Verde, una comunidad nativa Quechua de Loreto ubicada en la provincia del Datem del Marañón, vienen llevando a cabo acciones de vigilancia para cuidar el recurso pesquero en dos de las cochas más emblemáticas y valoradas por la comunidad. Estas, debido a la riqueza que poseen, vienen sufriendo una mayor presión por parte de pescadores con fines comerciales que provienen de diferentes lugares, quienes extraen el recurso de manera indiscriminada, haciendo uso de malas prácticas.

La presencia de una gran diversidad de peces en las cochas, sumada a la cercanía que tienen estos cuerpos de agua a centros urbanos y al incremento de la población en la zona, ha hecho que la actividad pesquera con fines comerciales crezca año a año sin ningún control y sin muchas alternativas viables de sostenibilidad del recurso en el tiempo.
Ante esta situación, en el 2015 el comunero Segundo Pizango, preocupado por que su comunidad Campo Verde se quede sin peces en el futuro, tuvo la iniciativa junto a otros comuneros de empezar a cuidar y restringir el ingreso de pescadores de otras zonas a dos de sus cochas más preciadas: la cocha Gamitana y Huambracocha.
Inicialmente, al ver que se les impedía el ingreso, pescadores de comunidades cercanas y los de Campo Verde lograron llegar a acuerdos que les permita aprovechar los peces de manera más responsable dentro de los cuerpos de agua que se encontraban en el territorio comunal y solo restringieron la pesca en las dos cochas señaladas, por un periodo de 5 años. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que estos acuerdos fueran quebrantados.

A pesar de las amenazas sufridas, los comuneros no bajaron la guardia en su afán por cuidar su fuente de alimento. Lamentablemente, al haber sido en su momento un grupo vigilante no reconocido por las autoridades competentes, los pescadores locales y foráneos no tomaban su labor con la seriedad del caso, por el cual se empezaron a generar los conflictos pesqueros. Es así que en el 2022, para darle autoridad a sus acciones de vigilancia, conformaron el Comité Local de Vigilancia Pesquera Artesanal (COLOVIPA) de Campo Verde, un grupo de apoyo de la DIREPRO-L que tiene la labor de velar el cuidado y la sostenibilidad de los peces en su territorio.
Gracias al esfuerzo de la comunidad, desde hace 6 años las cochas Gamitana y Huambracocha se encuentran en descanso; es decir, no están aptas para pescar, lo que ha permitido recuperar especies de alto valor comercial como el paiche, especie muy sensible a la sobrepesca.
Actualmente, las actividades de control y vigilancia pesquera del COLOVIPA de Campo Verde se desarrollan por turnos familiares, siempre que sus miembros cuenten con los recursos para costear el combustible necesario para el patrullaje. Cada miembro del comité puede desarrollar pesca de subsistencia solo de especies menores, mientras dure su permanencia en las cochas reservadas.

Si bien el camino es aún largo, hoy diversas comunidades como Santa Elena, ubicado en el río Cahuapanas en el mismo Datem del Marañón, y Chingana, en el río Ucayali, provincia de Requena, vienen sumándose y apostando por consolidar sus actividades de control y vigilancia pesquera mediante COLOVIPA. De esta manera pueden desarrollar una pesca responsable en los cuerpos de agua dentro de su territorio comunal, mientras aseguran que los peces permanezcan para el futuro. Y es que, debido a la poca presencia de autoridades pesqueras para ordenar la actividad en regiones tan extensas como Loreto, la formación de los COLOVIPA constituye una alternativa de gran apoyo para el cuidado y sostenibilidad de los recursos pesqueros.
Desde WCS, gracias al apoyo de aliados como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), trabajamos junto a las autoridades y comunidades como Campo Verde, Santa Elena y Chingana, para lograr una pesca más responsable en Loreto, que asegure la permanencia del recurso para las futuras generaciones y mejore las relaciones entre pescadores.