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En Loreto, los pescadores juegan un rol fundamental a nivel social y económico.
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Entre el 2016 y 2021, el desembarque de pescado para consumo humano generó un movimiento económico de más de 290 millones de soles y la pesca con fines ornamentales, más de 19 millones de soles.
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A pesar de ello, la disminución del recurso pesquero está aumentando la presión sobre los peces y afectando considerablemente las relaciones entre los pescadores de la región.
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Para que el pescador amazónico continúe desarrollando esta actividad, es necesario un marco normativo adaptado a la realidad de la Amazonía, procedimientos administrativos simplificados y descentralizados para el otorgamiento de derechos (entre ellos la formalización), infraestructura pesquera adecuada y brindar asistencia técnica a los pescadores por parte de la autoridad del sector para el manejo sostenible del recurso pesquero.

En los últimos años, la pesca artesanal en aguas dulces está tomando más relevancia a nivel mundial. Según el reporte sobre el estado mundial de la pesca y la acuicultura 2020 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la participación de la pesca en ecosistemas de agua dulce ha tenido un crecimiento de 1.4 millones de toneladas en la producción mundial entre el 2011 y 2018. Entre los países pesqueros más importantes de América Latina se encuentran Chile y Perú.
En Loreto, la región amazónica más grande de nuestro país, la pesca artesanal continental tiene un rol clave. El (relativo) fácil acceso al recurso pesquero, sumado a la gran demanda que actualmente existe en las grandes ciudades y al rápido retorno en la inversión de tiempo y dinero, permite a los pescadores gozar de esta actividad como su principal fuente de trabajo.
Sin embargo, en las últimas décadas, los pescadores vienen lidiando con diversos retos como la sobrepesca; las malas prácticas pesqueras a través del uso de tóxicos y dinamita, uso de redes cuyas mallas tienen huecos muy pequeños (mallas menuderas), agitación de aguas, tapada de bocana, entre otros; la falta de apoyo del sector, sobre todo en ambientes complejos como la Amazonía, y el cambio climático. Hoy en día estas acciones vienen poniendo en riesgo el recurso pesquero.
El reto la pesquería en Loreto
La pesca juega un papel fundamental en la seguridad alimentaria de la región. Gracias a los pescadores artesanales, el 90 % de la población rural y 70 % de la población urbana pueden acceder a una gran variedad de pescado que les brinda la cantidad y calidad de nutrientes requeridos para una dieta saludable.
Por otro lado, gracias a los registros de la Dirección Regional de Producción en Loreto (DIREPRO-L), se puede conocer la importancia económica de esta actividad en los últimos 6 años. Se estima que, en promedio, el desembarque de pescado para consumo directo (fresco, salpreso y seco salado) ha generado un movimiento económico de 48 millones de soles al año, mientras que la pesca con fines ornamentales generó un desembarque anual de 3 millones de soles.
Las estadísticas y los reportes de la DIREPRO-L, demuestran que la producción pesquera en la región proviene de 29 cuencas, de las cuales solo 6 (Ucayali, Amazonas, Yavarí, Tapiche, Canal del Puinahua y Marañón) representan el 90 % de la producción a nivel regional.
Mapa de zonas de pesca en la región Loreto. Fuente: WCS Perú
Sin embargo, el aumento en la presión sobre el recurso pesquero en los principales ríos ha hecho que en las últimas décadas los peces disminuyan en tamaño y cantidad. Esto se refleja en el desembarque actual, dominado por especies pequeñas y de bajo valor económico como el boquichico, la llambina y la palometa, las cuales representan cerca del 50 % de la producción anual.
“Antes la pesca era en cantidad y ahora es poco. El boquichico era más grande y pesaba más […]. Recuerdo que antes agarrábamos dorados en el río Marañón. Ahora ni se los ven”, indican los pescadores del río Marañón en una entrevista grupal realizada por WCS Perú como parte de sus actividades en campo.
Asimismo, los pescadores del canal central del río Amazonas mencionaron que “por el Tahuayo, antes habían abundantes peces [...]. Antes nos íbamos con honderas a las cochas, no se acababa; ahora esas cochas son agua de lluvia, los peces no son del mismo tamaño […] los peces ahora tienen huevos de pequeño tamaño”.

La extracción intensiva y las prácticas pesqueras no apropiadas estarían causando estos cambios en el recurso pesquero. No obstante, esta disminución en los peces más consumidos de la región también tiene otros impactos. La competencia por conseguir más peces está generando disputas entre pescadores, particularmente de ciudades y de comunidades ribereñas, sobre cuándo, cómo, dónde y en qué cantidad pescar, poniendo en evidencia distintos problemas que aún afronta la pesquería en la región, como la poca respuesta por parte de las autoridades competentes para solucionar estos conflictos, la falta de estudios que permitan ordenar la pesca, y el poco conocimiento que se tiene sobre las normativas pesqueras.
Otro gran reto que enfrentan los pescadores en Loreto está relacionado con la formalización de su actividad. Al 2019, la DIREPRO-L reportó únicamente 764 pescadores con permisos de pesca, de los cuales 476 son para fines de consumo humano y 288 con fines ornamentales. Sin embargo, esta cifra no refleja el gran número de pescadores artesanales que existen en la región, los cuales no estarían formalizados; una situación muy común y preocupante en la Amazonía peruana.
Entre las razones estarían los pocos beneficios que trae consigo la formalización pesquera y las pocas facilidades administrativas para hacerlo. Todo esto, además, en un contexto donde la comercialización es también predominantemente informal. Ello está relacionado con los pocos recursos públicos con los que cuenta el sector pesquero en Loreto. Asimismo, al haber un escaso control de esta actividad en el amplio territorio de cuencas, ríos, quebradas y otros cuerpos de agua, estaría generando un incentivo contrario.
Sin duda, la disminución del recurso pesquero que enfrenta regiones como Loreto, pone en evidencia la necesidad de poner mayor atención en la pesca continental y trabajar de la mano con los distintos actores para asegurar una buena gestión del recurso. Por ello, es necesaria una mejora del marco normativo adaptado a la realidad de la Amazonía, procedimientos administrativos simplificados y descentralizados para el otorgamiento de derechos (entre ellos la formalización), infraestructura pesquera adecuada (como el mejoramiento de los desembarcaderos pesqueros), tecnología para brindar mayor valor agregado al pescado, y mayor asistencia técnica a los pescadores por parte de la autoridad del sector para manejar el recurso pesquero, teniendo en cuenta los aspectos sanitarios.