Desde hace apenas dos años se celebra el Día del Jaguar con el propósito de sensibilizar a las personas sobre la importancia de esta especie en la región y la responsabilidad que tenemos todos los sectores y países en los que habita este felino para unir esfuerzos frente al tráfico de fauna silvestre y para preservar su hábitat, ya que, en los últimos 100 años, su rango de distribución histórico se ha reducido en un 50%.
Este año, Wildlife Conservation Society (WCS), de la mano de la Agencia 121 Perú, lanzó la campaña: “Jagurayú?”, que, con un juego de palabras y fonética en inglés, pregunta: ¿cómo estás?, dando espacio a una serie de datos sobre la especie, sus principales amenazas e información sobre los esfuerzos que se están haciendo para protegerla.
El jaguar es el tercer felino más grande del mundo, después de los tigres y leones, y el más grande de América, alcanzando un peso entre 43 y 115 kg; se estima que el 90% de su población se encuentra en la Amazonía y el otro 10% se encuentra en el resto de su rango de distribución[1], desde el borde de Estados Unidos y México, hasta el norte de Argentina.
El jaguar se encuentra en la categoría de “casi amenazada” según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), sin embargo, en países como El Salvador y Uruguay el declive en su población la llevó a ser declarada una especie extinta. De continuar esta tendencia, su desaparición tendría un fuerte impacto en los ecosistemas donde usualmente habita, pues al ser un predador tope, controla las poblaciones de otras especies silvestres, contribuyendo a mantener las dinámicas propias de ambientes saludables. Al asegurar su protección, estamos también garantizando la conservación de los ecosistemas y la disponibilidad de los servicios ambientales de los que dependemos los seres humanos.
La campaña “Jagurayú?” de WCS busca informar y sensibilizar sobre la importancia biológica y cultural de esta especie, así como las consecuencias de la creciente amenaza del tráfico de partes de jaguar, cuyos colmillos, garras, piel, entre otros, son ofrecidos como objetos decorativos o para supuesto uso medicinal en mercados ilegales, locales e internacionales (principalmente asiáticos). En Bolivia, por ejemplo, se han decomisado desde 2014 unos 786 colmillos de jaguar, lo que representa la muerte de al menos 197 ejemplares de esta especie. Sin embargo, esta no es la única especie que está bajo el acecho de grupos organizados de tráfico de vida silvestre. En América Latina, el comercio ilegal de vida silvestre se considera la principal amenaza para la supervivencia de grandes felinos, loros, primates y otras especies en peligro de extinción.
Cabe resaltar que desde 1975 el jaguar está incluido en el Apéndice I de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), el cual prohíbe el comercio internacional de este animal en todas sus formas. Asimismo, en la mayor parte de los países en los que habita la especie, los gobiernos vienen impulsando e implementando medidas para su conservación. En 2019, durante la I Conferencia de Alto Nivel contra el Comercio Ilegal de Vida Silvestre de las Américas, 20 países firmaron la Declaración de Lima, un compromiso de colaboración entre países para hacer frente a este delito, el cual reconoce al jaguar como un símbolo de la lucha contra el comercio ilegal de la vida silvestre.
En los países andino-amazónicos, WCS viene impulsando iniciativas contra el tráfico de fauna silvestre junto con aliados del sector público y de la sociedad civil. Una de estas iniciativas es la Alianza por la Fauna Silvestre y los Bosques, financiada por la Unión Europea, a través de la cual WCS implementa acciones estratégicas en relación al tráfico de fauna silvestre en Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y la zona de frontera con Brasil, para mejorar el entendimiento sobre la problemática y sus dinámicas mediante la generación de información, el fortalecimiento de capacidades, y la promoción del involucramiento de la sociedad civil en las acciones realizadas por las agencias gubernamentales para apoyar el control y aplicación de la ley a favor del patrimonio natural en la región.
Mira y comparte el video de la campaña.
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Wildlife Conservation Society (WCS) es una organización internacional no gubernamental con sede en el zoológico del Bronx, en la ciudad de Nueva York, que trabaja para conservar la vida silvestre y paisajes naturales, contribuyendo a cumplir con los retos mundiales de conservación en más de 65 países.
[1] Fuente: Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.