- Jabalíes, coyotes, cabras montesas, pumas, cóndores, capibaras y lobos marinos. Estas y otras especies de fauna son reportadas en diferentes ciudades del mundo.
Por Fiorella Burneo.-
Bananaquit visitando bebederos de un amante de las aves en Lima. Renzo Zepilli
Han pasado más de cuarenta días desde que el gobierno peruano indicó que todas las actividades en el país se detuvieran y que debíamos permanecer en casa para frenar la pandemia ocasionada por la expansión del COVID-19, una situación impensada y sin precedentes. Y así, mientras los seres humanos nos quedábamos, los animales aprovechaban la quietud y el silencio de la ciudad provocado por la cuarentena, para dejarse ver a través de nuestras ventanas.
Reportes desde diferentes puntos de la ciudad destacan que bajo un cielo más azul se alcanza a ver grandes bandadas de aves cubriendo las orillas de las playas de la capital como Punta Hermosa y La Herradura. Sobre estos reportes y avistamientos los expertos en aves, Renzo Zepilli y Fernando Angulo indican que cuando comenzó la cuarentena coincidió con el paso de cientos de miles de gaviotas Franklin (Leucophaeus pipixcan) como parte de su migración. Recorren alrededor de 8000 km por la costa del Pacífico desde Chile hasta Canadá, donde inician su reproducción y anidación para luego continuar hasta la costa del Caribe Mexicano y al istmo de Tehuantepec. Normalmente estas aves pasan desapercibidas situándose en playas tranquilas y desoladas. Hoy, con el aislamiento social, se han liberado nuevos espacios en playas que anteriormente eran sobrepobladas por personas y sobre todo por sus mascotas, las más perjudiciales para este grupo de aves viajeras. Por su parte, Zepilli nos comenta que las gaviotas no han aumentado en número, simplemente en lugar de acumularse en diferentes lugares de la playa ahuyentadas por las personas, se juntan todas en la orilla.
Lo mismo sucede con los delfines (Delphinus spp) y las tortugas marinas (Chelonia mydas) avistadas en las hoy tranquilas orillas de las playas de Chorrillos por la ausencia de embarcaciones y redes. Ejemplos como estos nos permiten ver y entender el efecto que tenemos al ocupar las costas.
Al estar las calles vacías, incluso búhos como el Peruvian Pygmy Owl (Glaucidium peruanum) ha sido captado en la ciudad cerca a lugares iluminados beneficiándose del alumbrado público, lo que les posibilita ver presas, como las ratas y otros roedores para cazarlos.
Otras especie que también ha sido avistada con frecuencia es el Gavilán Acanalado (Parabuteo unicinctus), un ave rapaz grande e imponente, común en los valles de la costa. En Lima esta población ha aumentado inicialmente por la cetrería, ya que muchas de estas aves se escaparon o fueron liberadas. Años más tarde las poblaciones se encontraron y formaron sus propias familias adueñándose del dosel más alto de los árboles en grandes áreas verdes de Lima. Posteriormente, seducidos por la por la abundancia de comida como ratas y especialmente palomas, decidieron quedarse y volverse residentes. Angulo comenta que incluso si revisamos el libro de María Koepcke “Aves del departamento de Lima” de 1967 constatamos que por esos años, los avistamientos de esta especie eran reportados como raros para esta ciudad. Es así como han pasado de 20 individuos a un par de cientos.
Algunos avistamientos han sido excepcionales como cachalotes, (Physeter macrocephalus) uno de los 30 cetáceos[1] que se encuentran en el mar peruano, avistados desde San Miguel o un grupo de aves marinas como gaviotas, piqueros y guanayes persiguiendo un cardumen de anchoveta que por la tranquilidad de las costas se aventuraron muy cerca a la orilla en Punta Hermosa para deleitarnos con este espectáculo (ver video).
"Cuando tú te mueves, el bosque se queda quieto; cuando tú te quedas quieto, el bosque se mueve alrededor tuyo y eso también sucede en las ciudades". Renzo Zepilli
La mayoría de la fauna que observamos en Lima es introducida, y llegó como parte del comercio ilegal de mascotas entre los años 80´s y 90´s. Un ejemplo de esto serían las cuatro especies de loros que se encuentran en Lima procedentes de las diferentes regiones; una es del bosque seco de Tumbes (Psittacara erythrogenys), otra de los valles interandinos a más de 1000 m.s.n.m. (Psittacara wagleri), la tercera del flanco Este de los andes del bosque de nubes (Psittacara mitratus), y el (Psittacara leucophthalmus) muy parecido al anterior pero sin la frente roja, el mismo que es común en la Amazonía peruana.
Otro ejemplo interesante es el cardenal (Paroaria coronata) ave nacional de Argentina, que por su belleza llegó a Lima como ave de exhibición y desde hace pocos años ya cuenta con una población viviendo aquí.
Por otro lado las campañas de desratización no solo envenenan a las ratas sino también a sus predadores. Las ratas muchas veces quedan atontadas convirtiéndose en una presa fácil que posteriormente envenenará a su predador como halcones, gavilanes o lechuzas.
El fenómeno del COVID-19 nos obliga a quedarnos en casa y ha hecho que muchos de nosotros empecemos a observar las diferentes especies con las que hemos convivido desde siempre sin saberlo.
Esperemos que no sea tarde para que el ser humano entienda que es parte integral de la naturaleza y aprenda a sacar provecho de ella sin destruirla.
Esta es la oportunidad que no deberíamos dejar pasar para vivir de una manera diferente, reinventar nuestras ciudades y hacerlas espacios que no den la espalda a la naturaleza ni destruya los medios de vida de la fauna que queda, sino que se convierta en un espacio respetuoso de ellas y su bienestar.
Este sábado 9 de mayo, WCS se ha unido al Global Big Day, evento que cada año nos permite hacer el registro de la mayor cantidad de aves posible. Esta vez toca hacerlo desde casa pero con todas las ganas de siempre. Entérate más aquí.
Anchovetas y aves marinas en Punta Hermosa. Fernando Angulo - Corbidi
Amazilia amazilia, muy común en Lima. Renzo Zepilli
[1] Lista de especies de cetáceos registradas en aguas peruanas. (Consultado el 26-04-20 Lista de especies de cetáceos registradas en aguas peruanas www.ancorema.org.pe)
Agradecimientos: Ivette Castañeda, Paola Naccarato, María Elena Carbajal y Alejandra Naganoma.